El amor es inspiración.
Desde el 24 de setiembre del 2013, día en el que Toffee I miró la luz del arcoíris y se convirtió en nuestro ángel guardián desde el cielo, nadie en la familia se sintió preparado para tener una nueva mascota. Sin embargo, pasaron los años y cada vez que veíamos un perrito por la calle, las mascotas de nuestros familiares y amigos; sentimos que era el tiempo correcto, y nos preparamos abriendo nuestro corazón para recibir a un nuevo miembro en la familia, ya era momento de hacerlo.
Entonces empezó nuestra búsqueda de aquella bolita de pelos que se uniría a nuestra familia, buscamos publicaciones de perritos en adopción en redes sociales, al pasar de los días, parecía que el destino nos decía que tal vez no era el momento, ya que cada vez que encontrábamos a un perrito por el cual consultábamos los requisitos de adopción, nos decían que ya había en encontrado un hogar. Sin embargo, un 28 de enero del 2018 encontramos una publicación en la que aparecía la foto de unos cachorritos hermosos de 2.5 meses, con los que hicimos match de inmediato, consultamos por los requisitos con la esperanza de que esta vez sería la definitiva, y SÍ, esta vez fue la definitiva. El 29 de enero y luego de haber cumplido con los requisitos de adopción, fuimos en la búsqueda de nuestro quinto miembro de la familia, llegamos hasta Comas, media hora antes de la cita pactada, los minutos parecían pasar muy lento y la ansiedad nos llenaba el cuerpo, hasta que vimos aparecer, junto a su familia guardiana, a ese pedacito que sería nuestro bebé.
Nos contaron que Junior (nombre momentáneo que le habían puesto al bebé) tenía 3 hermanitos más, él era el tercero y el más parecido a su papá canino, nos contaron también sus gustos al comer, jugar, dormir y por supuesto nos contaron sus travesuras habituales, ya saben…, romper zapatos, medias, peluches y demás objetos que se crucen por sus afilados dientecitos.
Llegamos a casa y decidimos que Junior se llamaría Toffee, en honor a nuestra mascota anterior que aun extrañamos, pero que sabemos está en el cielo jugando con otros peluditos.
Desde que Toffee entró a nuestras vidas, se robó el corazón de toda la familia y todos nuestros suspiros también. Nuestras prioridades, búsquedas en internet, paseos por centros comerciales y todo, incluían visitas a la sección mascotas, tal es así que, con el afán de verlo lindo, nos imaginamos muchos outfits en su cuerpito peludo y nos preguntamos ¿por qué no hacerlo? …. ¡Y aquí estamos!
Se preguntarán por qué el nombre de Trufas, pues les contamos que Toffee todo lo que hace lo hace con su nariz: abre las puertas, nos pasa la voz cuando nos quedamos dormidos o cuando quiere nuestra atención, busca sus juguetes en su armario y hasta hace burbujitas en el agua de su bebedero. Trufa es el nombre que se la da a la nariz de los perritos y gatitos, de esa forma decidimos que nuestra marca se llamaría así, por lo que verán en nuestras publicaciones que llamamos a su bebés con la palabra Trufoncito o Trufoncita.
Les contamos que Toffee hoy en día ya es un trufoncito adulto, pero aun un bebé para nuestros corazones, por eso ahora entendemos totalmente la frase que alguna vez leímos en una de nuestras lecturas en un blog petlover: “Nosotros no los escogemos, de alguna forma, ellos nos eligen a nosotros”.